Viva el Betis manquepierda es el lema por el que el Real Betis Balompié es conocido en todas partes. Esa frase se forjó en los años de travesía por el desierto de las doce tribus béticas en busca de la Tierra Prometida que no era otra que la Primera División, así el Betis comenzaba así su leyenda de equipo del todo o nada. De la cima a la sima, de Rusia a Murcia como comentaban los guasones cuando se pasó de ganar la Copa y jugar competiciones europeas a bajar a Segunda División.
Los años del barro de la Tercera División crearon ese lema que hacía referencia a la fidelidad del bético a su equipo que venía de ganar la liga (la primera para un equipo andaluz) durante el gobierno de la República y que en los de la dura posguerra se vio de pronto deambulando por los campos de Tercera. Esa fidelidad inquebrantable tuvo su recompensa y finalmente el equipo retornó a su sitio.
A lo largo de su historia el Betis ha luchado por ser un equipo relevante en el fútbol español, pero siempre se ha encontrado con ese sino que lo hacía descalabrarse cuando conseguía algo. Sucedió tras ganar la liga, sucedió tras ganar la copa en el 78 y volvió a pasar en los 90 con Lopera y después de él. Siempre volviendo a renacer desde sus cenizas y con la cantera (la magnífica cantera) poniendo los primeros ladrillos para reedificarse.
En los años 90 llegó un señor bajito y con bigote y que no era un dictador , pero dirigía con mano de hierro y sapiencia futbolística a un magnífico equipo donde jugadores tan brillantes como Vidaković, Jarni, Finidi, Alfonso… formaban un fantástico bloque acompañados de verdaderos currantes del balón como Olías, Merino o Cañas. Era un Betis que hacía soñar y desde entonces Lorenzo Serra Ferrer se ganó un sitio en los altares particulares del bético.
En este siglo XXI el Betis ha seguido viviendo altibajos, clasificarse para Europa y luego bajar a Segunda. La próxima temporada la marea bética volverá a viajar (si el Covid19 no lo impide) por Europa y esperemos que se siga repitiendo y no volvamos a caer. Ahora, aunque pueda parecer que no, el Betis tiene una gran oportunidad de construir un equipo de futuro contando con la cantera, otra vez la cantera, y de la mano de Manuel Pelegrini.
Lo cierto es que el manquepierda es el grito de fidelidad absoluta, del que no necesita triunfos para soñar con un domingo en verdiblanco, pero al que también le gusta que su equipo crezca y gane. El manquepierda es el “Amarás al Betis sobre todas las cosas” y es la frase que el bético se tiene que tatuar virtualmente en la mente porque solo con ella seremos grandes. Creer en el Betis por encima de todo es el primer paso para crecer y la unidad de todos los béticos es lo único que puede conseguirlo. Viva el Betis manquepierda es el lema en el que apoyarse para seguir creciendo.