Por Javier Guerrero / @BetisShirts
La historia del Real Betis Balompié con el fútbol de selecciones es amplia, pero como toda historia tiene un inicio y, como la lógica invita a pensar, España sería el primer combinado nacional con el que jugaría un futbolista en activo de nuestro club, Simón Lecue.
Corría mayo de 1934, el club estaba creciendo y atravesando un gran momento deportivo, muchos de sus futbolistas se revalorizaban y eso no pasó desapercibido para Amadeo García de Salazar, que hizo debutar a Lecue el mismo día que España debutaba también en una fase final de una Copa del Mundo. Era solo la segunda edición de la competición de fútbol más importante del mundo y la sede sería Italia, por primera vez también, venía a Europa el torneo.
Concretando en el debut de nuestro jugador y nuestra selección, el Luigi Ferraris de Génova fue el escenario para aquel partido de octavos de final entre España y Brasil. El vasco hizo un gran partido, la prensa italiana habló maravillas de él y contribuyó a que el combinado nacional alcanzara la victoria derrotando a los sudamericanos por tres goles a uno. La roja estaba en cuartos y la anfitriona sería el siguiente escollo. Al acabar en tablas los noventa minutos reglamentarios, habría de disputarse un partido de desempate en que sí volvió a participar Lecue. Esta vez perdimos por la mínima tras dos goles anulados y una pésima actuación arbitral que le costó la carrera al trencilla. El sueño mundialista acababa ahí. Italia, con la firme sospecha de las ayudas del dictador Mussolini, acabaría a la postre levantado la copa de campeón.
A pesar de todo ello, lo que no acabó fue la historia del jugador bético con la nacional, ya que todavía la defendería dos veces más como futbolista heliopolitano, en sendos amistosos contra Alemania y Portugal. El partido de Alemania ha pasado a la historia por su intrahistoria política. En 1935, con España siendo aún una República y Alemania con el III Reich en todo su esplendor, el encuentro se convirtió en un evento de máxima importancia y en una oportunidad de demostrar la mal llamada raza aria. Ante ochenta y dos mil personas, en Colonia, los brazos alemanes se alzaron eufóricos ante la impasible mirada del once español que no accedió a hacer el saludo fascista. Este gesto y el resultado final de uno a dos a favor de los nuestros, propició que el gobierno nacionalsocialista prohibiera la difusión del partido. El fútbol y la política, una vez más, por desgracia, de la mano.
Y de mano a mano, Lecue no fue el único bético de aquellos años. Areso y Aedo, míticos defensas del Betis campeón de liga, defendieron cada uno un total de tres ocasiones la zamarra roja. Areso también participó en el citado encuentro con los nazis. Quien tuvo menos suerte fue otro baluarte del sistema defensivo de O’Connell, el portero Urquiaga, primer “Zamora” de la historia del club que llegó a ir convocado, pero jamás se produjo su debut como bético.
Es de sobra conocido los años de plomo que atravesó el Betis tras la Guerra Civil, eso se vería reflejado también en este apartado pues tras estos héroes del 35, no volveríamos a ver un bético en la selección hasta 1961 con Esteban Areta, y habría que esperar hasta Argentina 1978 para volver a ver béticos en los mundiales, esta vez a dos leyendas colosales como don Julio Cardeñosa y don Antonio Biosca, sucesores directos de Simón Lecue.
Este artículo formó parte de la Revista Betis Bohemio 9: El primer gran Betis, que puedes descargar aquí: