Por Javier Guerrero // @BetisShirts
Reza un viejo dicho que “la mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo”, y hoy, en la actual Real Federación Española de Fútbol (RFEF), viene como anillo al dedo.
Cuando mi equipo pierde en el campo, que lo ha hecho y mucho, mi crítica va a quien tenga que ir de dentro de la entidad; cuando no se permite que se compita en igualdad de condiciones y el encargado de impartir justicia condiciona arbitrariamente un duelo, mi crítica va a este si es un episodio aislado; y cuando es un partido, y otro, y otro, y así sucesivamente en una sarta de robos deliberados, está claro que la mujer del César, la RFEF, ni parece honesta, ni mucho menos lo es.
Para dar cuenta de atracos supremos perpetrados en los últimos años, hay un hilo magnífico de @LaLigaEnDirecto, en los cuales deja datos objetivos como este: “En las últimas 3 Ligas, cada 59 faltas cometidas, al Betis le expulsan a un jugador. Hay una gran diferencia con otros equipos como Villarreal (1 cada 170), Madrid (1 cada 188), Sevilla (1 cada 210), Real Sociedad (1 cada 221) o Atlético (1 cada 246).” Recomiendo encarecidamente su lectura, pero aquí vamos a dar otros apuntes.
No sé de donde viene esta persecución sistemática a mi club, porque cuando un error se hace costumbre, es obvio que hay premeditación. Tal vez influya el hecho de que en la guerra abierta entre Tebas y Rubiales el Betis se posicionara con Tebas y, por ello, desde la Federación nos hagan pagar semejante osadía. Pudiera ser que tenga algo que ver el hecho de que el Barcelona esté alejado de las plazas Champions y eso no se pueda consentir en una liga que se ha prostituido para que uno de sus niños mimados dilapide dinero y no respete fair play financiero alguno. O tal vez, no sé, tal vez, influya mínimamente la circunstancia de que el máximo responsable de los árbitros sea un señor llamado Medina Cantalejo, que, por casualidades de la vida, es socio del máximo rival del Betis, como lo fue su padre y lo es su hermano. Más casualidades. Y, aumentando el cúmulo de estas, que su hijo sea canterano en la carretera de Utrera hace patente que solo un loco puede pensar que estas afecten al correcto desarrollo arbitral en los encuentros del Betis (nótese la ironía).
Aun así, reconozco que las hostilidades hacia el Betis empezaron con anterioridad al nombramiento de Cantalejo, pero nadie me podrá negar que, si ya llevamos mucho tiempo sintiéndonos perjudicados por el estamento arbitral, es una ofensa suprema poner a un antibético al frente. Sí, antibético, que Sevilla es muy chica y todo se sabe. Y además que en el breve período de su mandato se ha recrudecido el maltrato a la institución. Con un arbitraje bochornoso en Bilbao por parte de Gil Manzano; un penalti contra el Celta que Soto Grado sí pita pero que en Cádiz, exactamente en la misma jugada, al día siguiente no se señala; y con la actuación de Vallecas, en la que quizás lo de menos ha sido la expulsión, algo que habla muy mal del colegiado. Y algunos iluminados y paquirrines varios de la mitad de la ciudad que tuvo menos suerte al nacer nos llamarán criaturitas por decir esto, incluso lo han dejado caer responsables de deportes de periódicos locales que no cito por no hacerles publicidad. Me encantaría verlos al revés. Ardería Troya. Porque cuando nosotros protestamos, somos unos llorones, cuando los otros lo hacen, están defendiendo lo suyo y reclamando lo que les es justo para “su puto club”. En cualquier caso, aunque el sevillismo de Cantalejo realmente no tenga nada que ver, es obvio que su trabajo está siendo nefasto, por tanto le tendremos que pedir responsabilidades a él como máximo responsable de los trencillas. No se las vamos a pedir al entrenador del Patín Claret. Solo caben dos opciones, o está deliberadamente actuando mal por motivos e intereses diversos, o es un inepto incapacitado para el cargo. En ambos casos su destitución es la única salida.
¿Dónde quedan los valores del deporte? ¿Dónde queda el nivel de los árbitros españoles que tanto cacareaba el señor Velasco Carballo? ¿Por qué constantemente tenemos que ir a ver a nuestro equipo pidiendo por favor que el árbitro se comporte? ¿En qué cabeza cabe que tengamos que rezar para poder competir en igualdad de condiciones?
Casualidades o no, los béticos estamos cansados de aguantar tipejos que se pavonean y te vacilan en tu casa y fuera y encima se llevan 4.200 euros cada vez que lo hacen. En parte financiado con nuestros impuestos, por cierto. Cansados de que nuestros jugadores no puedan protestar o nuestro entrenador no pueda alzar la voz porque se arriesga a una sanción por denunciar a la mafia. Cansados también de no poder siquiera desahogarte en la grada. Por cierto, aprovecho para pedir que ya que investigan tanto y nos vigilan a los aficionados para identificarnos cuando nos saltamos las normas, usen esos sistemas para los indeseables que en Vallecas han estado todo el partido insultando a Fekir de forma racista, llamando “morito”, “mustafa” y otras lindezas. Otro ejemplo de valores.
No creo en una solución a corto plazo, lo único que podemos hacer ante una corrupción tan descarada es denunciar sistemáticamente las injusticias, y sí, como afición hacer del Villamarín un campo más difícil para pitar. Que Estrada Fernández, González Fuertes, Soto Grado, Hernández Hernández, Gil Manzano y demás jueces parciales sientan la presión de la grada en cada jugada. Y, sobre todo, que tengan claro desde el club que si van a la guerra contra ellos vamos a estar a muerte defendiéndoles. Hagan lo que haya que hacer, pero por lo civil o lo criminal (entiéndase criminal como una forma de hablar, no vaya a ser que venga la fiscalía), hay que extirpar este cáncer de nuestro fútbol y de nuestro Betis. Parafraseando a Juan Carlos Aragón, esperanza tengo poca, pero al menos me he zafado, y con este artículo qué a gustito me he quedado. ¡Viva el Real Betis Balompié ante todo y contra todos!